Sustitución de sustancias químicas peligrosas
Sustitución de sustancias químicas peligrosas
Cada vez es mayor el número de empresas de la UE que proceden a la sustitución de las sustancias químicas y los procesos de fabricación peligrosos por sustancias más seguras y por tecnologías más respetuosas con el medio ambiente. Esta práctica puede generar beneficios sustanciales para las propias empresas, así como para el medio ambiente y para la salud de los trabajadores y los consumidores. Además, puede incidir de manera significativamente positiva en la aplicación de una economía circular.
Ventajas
Son múltiples las razones por las que las empresas u otras organizaciones pueden optar por sustituir un producto químico, como mejorar la huella ambiental de sus productos o procesos de fabricación, proporcionar una mejor función técnica o responder a las demandas de los clientes o a los requisitos legales. Como parte de estas iniciativas de desarrollo, es importante tratar de reducir los posibles riesgos causados por las sustancias que se utilizan. Deben considerarse varias opciones de sustitución: cambiar a un producto químico menos peligroso, utilizar una técnica alternativa o crear un diseño de producto diferente. En la práctica, suele ser una combinación de estas acciones la que conduce al éxito. A menudo, estas acciones mejoran la eficiencia de la producción, impulsan la innovación, ayudan a las empresas a obtener una ventaja competitiva y ahorrar costes y, en última instancia, benefician a la salud humana y el medio ambiente.
Requisitos legales
Al recopilar datos sobre el impacto de un producto químico en la salud humana y el medio ambiente, tal vez llegue a la conclusión de que podría reducir el riesgo causado por su sustancia.
Aunque ese conocimiento en sí mismo puede llevarle a buscar alternativas más seguras, en el caso de las sustancias más peligrosas, la legislación de la UE puede obligarle a sustituirlas.